El Leccionario Dominical de la Iglesia Episcopal (Leccionario Comun Revisado o en ingles RCL) para uso de los lectores de la Iglesia del Redentor en Astoria, Nueva York.

jueves, 12 de marzo de 2009

Quinto Domingo de Cuaresma, Año B, RCL

Colecta: Dios todopoderoso, sólo tú puedes ordenar los afectos y voluntades rebeldes de los pecadores: Concede gracia a tu pueblo para amar lo que tú dispones y desear lo que tú prometes; a fin de que, en medio de los rápidos y variados cambios del mundo, nuestros corazones permanezcan fijos allí donde se encuentran los verdaderos goces; por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Jeremías 31:31-34 (DHH)

31 El Señor afirma: "Vendrá un día en que haré una nueva alianza con Israel y con Judá. 32 Esta alianza no será como la que hice con sus antepasados, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto; porque ellos quebrantaron mi alianza, a pesar de que yo era su dueño. Yo, el Señor, lo afirmo. 33 Esta será la alianza que haré con Israel en aquel tiempo: Pondré mi ley en su corazón y la escribiré en su mente. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo. 34 Ya no será necesario que unos a otros, amigos y parientes, tengan que instruirse para que me conozcan, porque todos, desde el más grande hasta el más pequeño, me conocerán. Yo les perdonaré su maldad y no me acordaré más de sus pecados. Yo, el Señor, lo afirmo."


 

Salmo 51 Miserere mei, Deus

1 Ten misericordia de mí, oh Dios,

conforme a tu bondad; *

conforme a tu inmensa compasión borra mis rebeliones.

2 Lávame más y más de mi maldad, *

y límpiame de mi pecado;

3 Porque reconozco mis rebeliones, *

y mi pecado está siempre delante de mí.

4 Contra ti, contra ti sólo he pecado, *

y he hecho lo malo delante de tus ojos.

5 Por tanto eres reconocido justo en tu sentencia, *

y tenido por puro en tu juicio.

6 He aquí, he sido malo desde mi nacimiento, *

pecador desde el vientre de mi madre;

7 Porque he aquí, amas la verdad más que la astucia o el saber oculto; *

por tanto, enséñame sabiduría.

8 Límpiame de mi pecado, y seré puro; *

lávame, y seré más blanco que la nieve.

9 Hazme oír canciones de gozo y alegría, *

y se regocijará el cuerpo que has abatido.

10 Esconde tu rostro de mis pecados, *

y borra todas mis maldades.

11 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, *

y renueva un espíritu firme dentro de mí.

12 No me eches de tu presencia, *

y no quites de mí tu santo Espíritu.

13 Dame otra vez el gozo de tu salvación; *

y que tu noble Espíritu me sustente


 

O este otro:


 

In quo corrigit?

9 ¿Cómo limpiará el joven su camino? *

Guardando tu palabra.

10 Con todo el corazón te busco; *

no dejes que me desvíe de tus mandamientos.

11 En mi corazón atesoro tu promesa, *

a fin de no pecar contra ti.

12 Bendito eres tú, oh Señor; *

enséñame tus estatutos.

13 Con mis labios contaré *

todos los juicios de tu boca.

14 Me he gozado más en el camino de tus decretos, *

que en toda riqueza.

15 En tus mandamientos meditaré; *

me fijaré en tus caminos.

16 Me regocijo en tus estatutos; *

no me olvidaré de tus palabras.

Hebreos 5:5-10 (DHH)

5 De la misma manera, Cristo no se nombró Sumo Sacerdote a sí mismo, sino que Dios le dio ese honor, pues él fue quien le dijo: "Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy." 6 Y también le dijo en otra parte de las Escrituras: "Tú eres sacerdote para siempre, de la misma clase que Melquisedec." 7 Mientras Cristo estuvo viviendo aquí en el mundo, con voz fuerte y muchas lágrimas oró y suplicó a Dios, que tenía poder para librarlo de la muerte; y por su obediencia, Dios lo escuchó. 8 Así que Cristo, a pesar de ser Hijo, sufriendo aprendió lo que es la obediencia; 9 y al perfeccionarse de esa manera, llegó a ser fuente de salvación eterna para todos los que lo obedecen, 10 y Dios lo nombró Sumo Sacerdote de la misma clase que Melquisedec.


 

Juan 12:20-33 (DHH)

20 Entre la gente que había ido a Jerusalén a adorar durante la fiesta, había algunos griegos. 21 Estos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida, un pueblo de Galilea, y le rogaron: —Señor, queremos ver a Jesús. 22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés, y los dos fueron a contárselo a Jesús. 23 Jesús les dijo entonces: —Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. 24 Les aseguro que si el grano de trigo al caer en tierra no muere, queda él solo; pero si muere, da abundante cosecha. 25 El que ama su vida, la perderá; pero el que desprecia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna. 26 Si alguno quiere servirme, que me siga; y donde yo esté, allí estará también el que me sirva. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará. 27 "¡Siento en este momento una angustia terrible! ¿Y qué voy a decir? ¿Diré: 'Padre, líbrame de esta angustia'? ¡Pero precisamente para esto he venido! 28 Padre, glorifica tu nombre." Entonces se oyó una voz del cielo, que decía: "Ya lo he glorificado, y lo voy a glorificar otra vez." 29 La gente que estaba allí escuchando, decía que había sido un trueno; pero algunos afirmaban: —Un ángel le ha hablado. 30 Jesús les dijo: —No fue por mí por quien se oyó esta voz, sino por ustedes. 31 Este es el momento en que el mundo va a ser juzgado, y ahora será expulsado el que manda en este mundo. 32 Pero cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo. 33 Con esto daba a entender de qué forma había de morir.


 

[1]

[1] La Bibla de estudio : Dios habla hoy. 1998 (electronic ed.). Miami: Sociedades Bı́iblicas Unidas.

Cuarto Domingo de Cuaresma, Año B, RCL

Colecta: Padre bondadoso, cuyo bendito Hijo Jesucristo descendió del cielo para ser el pan verdadero que da vida al mundo: Danos siempre este pan, para que él viva en nosotros y nosotros en él; quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Números 21:4-9 (DHH)

4 Los israelitas salieron del monte Hor en dirección al Mar Rojo, dando un rodeo para no pasar por el territorio de Edom. En el camino, la gente perdió la paciencia 5 y empezó a hablar contra Dios y contra Moisés. Decían: —¿Para qué nos sacaron ustedes de Egipto? ¿Para hacernos morir en el desierto? No tenemos ni agua ni comida. ¡Ya estamos cansados de esta comida miserable! 6 El Señor les envió serpientes venenosas, que los mordieron, y muchos israelitas murieron. 7 Entonces fueron a donde estaba Moisés y le dijeron: —¡Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti! ¡Pídele al Señor que aleje de nosotros las serpientes! Moisés pidió al Señor que perdonara a los israelitas, 8 y el Señor le dijo: —Hazte una serpiente como esas, y ponla en el asta de una bandera. Cuando alguien sea mordido por una serpiente, que mire hacia la serpiente del asta, y se salvará. 9 Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en el asta de una bandera, y cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba a la serpiente de bronce y se salvaba.

107:1-3, 17-22

Confitemini Domino

1 Den gracias al Señor, porque es bueno, *

porque para siempre es su misericordia.

2 Proclamen los redimidos del Señor *

que él los redimió de la mano del enemigo.

3 El los recogió de entre todos los países, *

del oriente y del occidente, del norte y del sur.

17 Algunos fueron insensatos y se rebelaron; *

por sus iniquidades fueron afligidos.

18 Aborrecieron todo alimento, *

y llegaron hasta las puertas de la muerte.

19 Entonces clamaron al Señor en su angustia, *

y los libró de su aflicción.

20 Envió su palabra y los sanó; *

los libró del sepulcro.

21 Que den gracias al Señor por su misericordia, *

y las maravillas que hace por sus hijos.

22 Que ofrezcan sacrificios de alabanza, *

y publiquen sus obras con júbilo.

Efesios 2:1-10 (DHH)

1 Antes ustedes estaban muertos a causa de las maldades y pecados 2 en que vivían, pues seguían los criterios de este mundo y hacían la voluntad de aquel espíritu que domina en el aire y que anima a los que desobedecen a Dios. 3 De esa manera vivíamos también todos nosotros en otro tiempo, siguiendo nuestros malos deseos y cumpliendo los caprichos de nuestra naturaleza pecadora y de nuestros pensamientos. A causa de eso, merecíamos con toda razón el terrible castigo de Dios, igual que los demás. 4 Pero Dios es tan misericordioso y nos amó con un amor tan grande, 5 que nos dio vida juntamente con Cristo cuando todavía estábamos muertos a causa de nuestros pecados. Por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación. 6 Y en unión con Cristo Jesús nos resucitó, y nos hizo sentar con él en el cielo. 7 Hizo esto para demostrar en los tiempos futuros su generosidad y su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8 Pues por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un don de Dios. 9 No es el resultado de las propias acciones, de modo que nadie puede gloriarse de nada; 10 pues es Dios quien nos ha hecho; él nos ha creado en Cristo Jesús para que hagamos buenas obras, siguiendo el camino que él nos había preparado de antemano.

Juan 3:14-21 (DHH)

14 Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también el Hijo del hombre tiene que ser levantado, 15 para que todo el que cree en él tenga vida eterna. 16 "Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. 18 "El que cree en el Hijo de Dios, no está condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado por no creer en el Hijo único de Dios. 19 Los que no creen, ya han sido condenados, pues, como hacían cosas malas, cuando la luz vino al mundo prefirieron la oscuridad a la luz. 20 Todos los que hacen lo malo odian la luz, y no se acercan a ella para que no se descubra lo que están haciendo. 21 Pero los que viven de acuerdo con la verdad, se acercan a la luz para que se vea que todo lo hacen de acuerdo con la voluntad de Dios."


 

[1]

[1] La Bibla de estudio : Dios habla hoy. 1998 (electronic ed.). Miami: Sociedades Bı́iblicas Unidas.