El Leccionario Dominical de la Iglesia Episcopal (Leccionario Comun Revisado o en ingles RCL) para uso de los lectores de la Iglesia del Redentor en Astoria, Nueva York.

miércoles, 6 de enero de 2010

La Epifanía Enero 6 todos los años RCL

Colecta: Oh Dios, que por la guía de una estrella manifestaste tu único Hijo a los pueblos de la tierra: Guía a tu presencia a los que ahora te conocemos por fe, para que veamos tu gloria cara a cara; mediante Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Isaías 60:1-6 (DHH)
1 Levántate, Jerusalén, envuelta en resplandor, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti. 2 La oscuridad cubre la tierra, la noche envuelve a las naciones, pero el Señor brillará sobre ti y sobre ti aparecerá su gloria. 3 Las naciones vendrán hacia tu luz, los reyes vendrán hacia el resplandor de tu amanecer. 4 Levanta los ojos, y mira a tu alrededor: todos se reúnen y vienen hacia ti. Tus hijos vendrán desde lejos; tus hijas serán traídas en brazos. 5 Tú, al verlos, estarás radiante de alegría, tu corazón se llenará de gozo; te traerán los tesoros de los países del mar, te entregarán las riquezas de las naciones. 6 Te verás cubierta de caravanas de camellos que vienen de Madián y de Efá; vendrán todos los de Sabá, cargados de oro y de incienso, y proclamarán las acciones gloriosas del Señor.

Salmo 72:1-7; 10-14 (DHH)
1 Concede, oh Dios, al rey, tu propia justicia y rectitud, 2 para que con rectitud y justicia gobierne a tu pueblo y a tus pobres. 3 Ofrezcan las montañas y los cerros paz y rectitud al pueblo. 4 ¡Que haga justicia el rey a los pobres! ¡Que salve a los hijos de los necesitados y aplaste a los explotadores! 5 ¡Que tenga el rey temor de ti por siempre, mientras el sol y la luna existan! 6 ¡Que sea como la lluvia y el rocío que riegan la tierra y los pastos! 7 ¡Que abunden la paz y la rectitud en los días de su reinado, hasta que la luna deje de existir! 10 ¡Que le traigan regalos y tributos los reyes de Tarsis y de las islas, los reyes de Sabá y de Sebá! 11 ¡Que todos los reyes se arrodillen ante él! ¡Que todas las naciones le sirvan! 12 Pues él salvará al pobre que suplica y al necesitado que no tiene quien lo ayude. 13 Tendrá compasión de los humildes y salvará la vida a los pobres. 14 Los salvará de la opresión y la violencia, pues sus vidas le son de gran valor.

Efesios 3:1-12 (DHH)
1 Por esta razón yo, Pablo, estoy preso por causa de Cristo Jesús para bien de ustedes, los que no son judíos. 2 Pues ya sin duda sabrán que Dios me ha encargado anunciar a ustedes lo que él, en su bondad, ha dispuesto. 3 Por revelación he conocido el designio secreto de Dios, como ya les escribí brevemente. 4 Al leerlo, pueden darse cuenta de que conozco este designio secreto realizado en Cristo, 5 que no se dio a conocer a nadie en otros tiempos, pero que ahora Dios ha revelado a sus santos apóstoles y profetas por medio de su Espíritu. 6 El designio secreto es este: que por el evangelio Dios llama a todas las naciones a participar, en Cristo Jesús, de la misma herencia, del mismo cuerpo y de la misma promesa que el pueblo de Israel. 7 Y yo he sido puesto al servicio de este mensaje por la bondad y la misericordia que Dios ha tenido conmigo, quien ha mostrado así su gran poder. 8 Yo soy menos que el más pequeño de todos los que pertenecen al pueblo santo; pero él me ha concedido este privilegio de anunciar a los no judíos la buena noticia de las incontables riquezas de Cristo. 9 Y me ha encargado hacerles ver a todos cuál es la realización de ese designio que Dios, creador de todas las cosas, había mantenido secreto desde la eternidad. 10 De esta manera ahora, por medio de la iglesia, todos los poderes y autoridades en el cielo podrán conocer la sabiduría de Dios, que se muestra en tan variadas formas. 11 Dios hizo esto de acuerdo con el plan eterno que llevó a cabo en Cristo Jesús nuestro Señor. 12 Y en Cristo tenemos libertad para acercarnos a Dios, con la confianza que nos da nuestra fe en él.

Mateo 2:1-12 (DHH)
1 Jesús nació en Belén, un pueblo de la región de Judea, en el tiempo en que Herodes era rey del país. Llegaron por entonces a Jerusalén unos sabios del Oriente que se dedicaban al estudio de las estrellas, 2 y preguntaron: —¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos salir su estrella y hemos venido a adorarlo. 3 El rey Herodes se inquietó mucho al oir esto, y lo mismo les pasó a todos los habitantes de Jerusalén. 4 Mandó el rey llamar a todos los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley, y les preguntó dónde había de nacer el Mesías. 5 Ellos le dijeron: —En Belén de Judea; porque así lo escribió el profeta: 6 'En cuanto a ti, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre las principales ciudades de esa tierra; porque de ti saldrá un gobernante que guiará a mi pueblo Israel.' 7 Entonces Herodes llamó en secreto a los sabios, y se informó por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella. 8 Luego los mandó a Belén, y les dijo: —Vayan allá, y averigüen todo lo que puedan acerca de ese niño; y cuando lo encuentren, avísenme, para que yo también vaya a rendirle homenaje. 9 Con estas indicaciones del rey, los sabios se fueron. Y la estrella que habían visto salir iba delante de ellos, hasta que por fin se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. 10 Cuando los sabios vieron la estrella, se alegraron mucho. 11 Luego entraron en la casa, y vieron al niño con María, su madre; y arrodillándose le rindieron homenaje. Abrieron sus cofres y le ofrecieron oro, incienso y mirra. 12 Después, advertidos en sueños de que no debían volver a donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.